Marcus Lemonis, empresario e inversionista estadounidense, de origen libanés, presentador del reality show ‘El socio’ del canal History, habló por primera vez para un medio de comunicación en Latinoamérica, y en exclusiva con Portafolio, sobre la incertidumbre, las consecuencias y la manera correcta de llevar la pandemia cuando se es dueño de un negocio.
La pandemia afectó a muchas empresas en Colombia, ¿en la reactivación qué deben hacer para recuperar el nivel de ingresos que tenían antes de la emergencia sanitaria?
No sé si recuperar el nivel de productividad que se tenía antes de la cuarentena sea realmente la meta final luego de la pandemia. Deberían ser otras las metas, por ejemplo, mantener el servicio al cliente es el objetivo, así como la forma de ejecución.
He aprendido más que nada que, si no tienes un presente en lo digital, un sólido e-commerce y una área fuerte en redes sociales, entonces la pelea será mucho más dura para volver a atraer el cliente. Por eso les digo a los comercios pequeños alrededor del mundo que tienen que enfocarse en las múltiples maneras de comunicarse con el cliente.
¿Cómo se deben reorganizar las empresas para lograr nuevamente su productividad?
En este momento, mantenerse positivo es muy difícil, no es fácil ver como se cae su negocio, no es fácil ver cómo la economía se destruye a nuestro alrededor. Pero también considero que todos los dueños de negocios del mundo deben traer a ellos esa pasión, esas ganas de luchar, esa fuerza y ese entusiasmo que tenían cuando decidieron abrir puertas. No es un tiempo para desistir, es un tiempo para renacer.
Para mí lo más importante siempre ha sido la gente. Y creo que en momentos de pandemia este debería ser el objetivo principal. No se trata solo de cuidar su negocio, se trata de cuidar a su familia, a su gente, quienes como usted, viven de ese negocio. Sin personas, no hay empresa.
Por la covid-19, muchos negocios cerraron, ¿qué se debe tener en cuenta para reinventarse y abrir uno nuevo?
Lo primero que hay que hacer es determinar si eso que usted está haciendo es bueno para el desarrollo de su negocio. Es decir, hacerse preguntas como: ¿mi negocio era exitoso antes de la pandemia? Si no lo era, entonces no hay razones para que este sea exitoso y sobreviva ahora.
Si las decisiones que toma otra persona sobre su empresa le funcionan, eso no significa que le vayan a funcionar a usted. No todos los negocios son para todo el mundo.
¿Cuál es la lección que la covid-19 deja a los hombres de negocios?
La mayor lección que nos deja la pandemia es no dar todo por hecho y que siempre hay que estar preparado para las cosas que puedan o no venir.
Creo que todos los negocios deben enfocarse en este momento, hacerse cercanos de sus objetivos, en lo más importante que tenga su negocio.
Déjeme darle un ejemplo, digamos que usted tiene una empresa de jardinería, y por años se ha dedicado a cortar el pasto de patios traseros, a mantener las plantas y los árboles en buen estado, pero digamos también que a ese servicio inicial, usted le agregó servicio de limpieza, entonces limpia piscinas, arregla los rosales del jardín y nuevos servicios en general. En este punto es cuando usted debe asumir prioridades y estudiar cual de esos servicios le va a funcionar mejor según sus objetivos.
Entonces este no es un momento de probar y experimentar cosas, es un momento para volver a las bases y hacer construcciones sólidas de negocio, volver a esas cosas que lo hicieron exitoso y lo mantienen.
A pesar de la incertidumbre, algo sí tengo claro y puedo decir con toda seguridad: los malos tiempos son temporales y también necesarios.
¿Las empresas serán siendo las mismas después de la pandemia?
Absolutamente nada va a ser igual. Ni siquiera nuestra existencia como individuos. Creo que lo que me gustaría ver ahora de las empresas es que logren generar un paisaje que pueda ofrecer oportunidades para todos. Ahora bien, soy un capitalista, pero soy un capitalista que cree en la igualdad y en la justicia. El mundo puede ser económicamente conservador, pero que tenga como principios amar a su gente y darles oportunidades.
Lo que más me preocupa es que los dueños de empresas tienen mucho orgullo. Creen que lo saben todo. Y no es así. ¿Cuántos empresarios, incluyéndome a mí, no hemos pedido ayuda? ¿Cuántos no hemos necesitado de la gente, de sus consejos?
Este es el momento para poner el orgullo a un lado, para reconocer que usted no tiene todas las respuestas, que necesita ayuda y que eso está bien.
Pedir ayuda para muchos puede significar un ataque al ego y al orgullo, pero en estos tiempos hay que olvidar esos pensamientos.
Después de siete temporadas, ¿cómo ha evolucionado la serie?
Después de siete temporadas, el principal cambio he sido yo. Si bien todos los que ven el programa pueden aprender algo sobre sí mismos o sobre sus negocios, el mayor ganador, en mi opinión, ha sido lo que he aprendido sobre mí, sobre cómo las personas tienen oportunidades y cómo algunas personas hacen cosas buenas con ellas y otras hacen cosas terribles.