En la actualidad, se busca entender los aspectos que potencian el equilibrio psicológico y emocional, la seguridad y la satisfacción. En esencia, todos esos componentes que contribuyen al bienestar duradero y no tanto a un sentimiento puntual, y casi siempre efímero que es la felicidad. Entender esos territorios existenciales que favorecen el que nos sintamos bien con nosotros mismos es sin duda un gran objetivo.
El enfoque de los dominios de la vida tiene un fin terapéutico. Se trata de un modelo en apariencia sencillo y muy básico con el que desvelar esos aspectos de nuestra existencia en los que deberíamos poner más atención para sentirnos mejor y fortalecer la esperanza. Profundizamos en ello.
“En resumidas cuentas, el músico debe tocar, el pintor debe pintar y el poeta debe escribir, si quieren vivir en paz consigo mismos”.
-Abraham Maslow-
¿En qué consiste la teoría de los 5 dominios de la vida de VanderWeele?
Tyler J. VanderWeele es profesor en el departamento de epidemiología y bioestadística de la Universidad de Harvard. Hace unos años publicó un estudio en el que definió su teoría de los 5 dominios de la vida. Con este modelo quería aportar una nueva formulación del florecimiento humano desde un punto de vista más amplio, en el que incluir aspectos sociales, psicológicos, biomédicos, filosóficos…
Algo que deja claro el autor es que para lograr el bienestar humano no todo depende de las propias personas. No basta con contar con una buena autoestima, unas habilidades emocionales solventes o una buena familia y amigos. Los organismos sociales y el propio contexto que rodea al individuo también son clave para mediar en su satisfacción o en su malestar.
Debemos asentar una noción de la calidad de vida como un fenómeno multifactorial, complejo y mediado por influencias objetivas, subjetivas y también sociales e institucionales. Por ello, VanderWeele quiso desarrollar un modelo muy sencillo para que tanto las personas como los organismos sociopolíticos lo tuvieran en cuenta.
1. Comunidad y sentido de pertenencia
El bienestar humano parte de poder lograr un buen sentido de pertenencia. Todos tenemos la necesidad de formar parte de un grupo de amigos, de comunidades con las que identificarnos, intercambiar experiencias, emociones, pensamientos, etc. Son figuras que van más allá del núcleo social de una familia.
Una comunidad nos permite desarrollar intereses comunes, nos aporta seguridad, validación y propósitos. Figuras como el psicólogo humanista Carl Rogers, puso también el énfasis en esta dimensión. Gracias a estos lazos, fortalecemos la identidad, reforzamos la autoestima y mantenemos la mente activa, abriendo nuevas perspectivas vitales.
2. El trabajo, nuestra identidad psicosocial
La teoría de los 5 dominios de la vida sitúa la atención en el aspecto laboral como mecanismo prioritario para el bienestar del ser humano. A fin y al cabo, el trabajo puede ser o bien un mecanismo de desarrollo y satisfacción o, por el contrario, una dimensión capaz de dinamitar por completo nuestra salud mental y perspectivas vitales.
La falta de empleo, así como los trabajos precarios, son sin duda ese factor que imposibilita poder alcanzar esa satisfacción vital o esa autorrealización de la que hablaba Abraham Maslow. Cuando las necesidades básicas no están cubiertas, resulta difícil ascender en esa pirámide de desarrollo y bienestar.
Una de las áreas vitales que más orquestan en el bienestar humano es disponer de un trabajo que cubra nuestras necesidades básicas y nos permita además alcanzar la autorrealización.
3. Salud física, salud mental
VanderWeele definió este dominio vital como un área multidimensional. Asimismo, destaca que para alcanzar estas dimensiones es necesario promover la salud física, emocional y psicológica ya desde la infancia. Las personas debemos aprender qué estrategias nos pueden permitir alcanzar ese equilibrio orgánico y psicológico.
Las áreas que deberíamos trabajar y desarrollar son las siguientes:
- Una vida activa en la que no falte el deporte.
- Una correcta alimentación y evitar hábitos nocivos como el alcohol y el tabaco.
- Aprender estrategias de comprensión y regulación emocional.
- Manejo del estrés y la ansiedad.
- Resolución de problemas.
- Desarrollar un estilo mental flexible y creativo.
- Desarrollar una buena autoestima.
- Ser capaces de ponernos metas y propósitos y trabajar en ellos.
- Capacidad para resolver asuntos de eventos pasados y promover una atención plena.
4. Relaciones familiares saludables
Una de los desencadenantes de la infelicidad y el sufrimiento son las relaciones familiares disfuncionales. El ser humano necesita construir y disponer de vínculos socioemocionales seguros y enriquecedores. Por ello, es esencial que podamos construir relaciones saludables con otras personas (sin necesidad de que exista un lazo biológico).
Tener una pareja con quien ser feliz, criar y educar hijos con amor, y contar con el apoyo de otras figuras, conforma ese núcleo familiar tan relevante en la teoría de los 5 dominios de la vida de VanderWeele.
Es esencial que podamos construir vínculos sanos y nutritivos con los demás para estar bien.
5. La espiritualidad como propósito de vida
La espiritualidad es un ámbito que en ocasiones descuidamos cuando intentamos comprender en esos factores que conforman el bienestar humano. Creer en algo, desarrollar un sentido de trascendencia nos aporta también un propósito vital. Y no hablamos únicamente de la religión en cualquiera de sus perspectivas o prácticas.
Hablamos de esa espiritualidad entendida como concepto de fe, de creencia en uno mismo o en cualquier área o entidad que nos confiera sentido, esperanza y positividad.
En esencia, como bien podemos ver, esta teoría de los 5 dominios de la vida es muy básica. Sin embargo, indaga y saca a la luz una vez más, esos aspectos capitales que definen nuestra cotidianidad y que orquestan lo que es más importante para el ser humano. Atendámoslas, de ellas depende avanzar en equilibrio, alcanzar el bienestar…
Fuente: La mente es maravillosa.com