La planta de los emprendedores.

¿POR QUÉ EL BAMBÚ JAPONÉS ES LA PLANTA DE LOS EMPRENDEDORES?

Una de las primeras historias que escuchamos cuando decidimos convertirnos en emprendedores y que nos inspiró e impulsó para mantenernos firmes en nuestra decisión es la historia de el bambú japonés.

Sí, una planta, porque es en la naturaleza donde encontramos la sabiduría y debemos estar atentos para aprender todas las lecciones que nos ofrece.

El bambú japonés tiene una particularidad muy especial. Esta singular planta que de inmediato asociamos con la cultura oriental tiene muchas lecciones que darnos para tener un cambio positivo en su vida.

CRECIMIENTO DEL BAMBÚ JAPONÉS

¿Cómo crece el bambú japonés? Aunque se siembra y requiere los cuidados normales de cualquier semilla, durante 7 años no surge de la tierra. Pareciera que fuera infértil.

¿Y entonces qué hace durante 7 años?

Pues, aunque no lo veamos, toda la “acción” surge bajo tierra. Durante este tiempo, el bambú crea un complejo y fuerte sistema de raíces, que lo sostendrán firme el resto de su vida.

Además, al contrario de cualquier otro árbol, si lo cortan, puede volver a crecer.

Y así como el bambú, los emprendedores debemos iniciar con el pie derecho y aprender 4 valiosas lecciones de esta noble y fuerte planta.

EL BAMBÚ JAPONÉS: HISTORIA Y SIGNIFICADO

¿Deseas que tu negocio prospere y no percibes las ganancias en el primer momento? ¿Practicas algún deporte o actividad y no consigues el primer puesto de inmediato? ¿Tienes un sueño y no logras cumplirlo? Recuerda la historia del bambú japonés, es un claro ejemplo de cómo la perseverancia ayuda a alcanzar las metas con solo cultivarla en nuestro interior como una planta en un jardín.

Pero para su sorpresa descubre que tras siete años de riego y abono, cuando ya las esperanzas estaban perdidas, el bambú brota a la superficie hasta alcanzar treinta metros en tan solo dos semanas. No obstante, para que esto suceda, el cultivador debe continuar con el riego y el abono de la planta durante esos siete años. Si deja de hacerlo, la planta muere.

La historia del bambú japonés nos dice que lo mismo sucede con los sueños y las metas: si nos rendimos y dejamos de luchar nuestros sueños mueren y ya no pueden hacerse realidad porque ya no vamos a luchar más para alimentarlos así como hay que regar el bambú para que crezca y no muera.

Si, por ejemplo, sueñas con tener una profesión, la perseverancia en el estudio y la lucha en el trabajo serán el agua y el abono para alimentar ese sueño y hacerlo realidad. Si te das por vencido porque no puedes pagar la carrera o simplemente porque te va mal en una asignatura, estás dejando morir ese sueño y será solo eso: un sueño muerto. Las metas soñadas no se logran en dos días ni en una semana.

Tal como la planta de bambú japonés, requieren de años de esfuerzo y constancia que en algún momento se verán compensados. A veces las cosas requieren de mucho tiempo para que se den para que sea de la manera correcta, tal como crece el bambú en siete largos años para ser una planta sólida y fuerte. Lo que llega como se dice “caído del cielo” es algo que solo dura un corto tiempo.

Se necesita de mucha madurez espiritual para saber hacer uso del sueño cumplido. El bambú crecimiento luego de siete años se asemeja al avance de los sueños una vez cumplidos, por ejemplo cuando logras el negocio de tus sueños y en poco tiempo empiezas a percibir grandes ganancias, o cuando te gradúas en la carrera de tus sueños y en unos dos años ya tienes un buen puesto en una empresa y estás ganando muy bien. Una vez que tu sueño está realizado ya puedes ir por más y así se te irán compensando todos esos años de trabajo y esfuerzo.

La impaciencia y la falta de constancia son una de las cosas que nos frenan cuando estamos luchando por una meta. Acostumbramos a pensar que si no alcanzamos nuestro objetivo de inmediato, ya todo está perdido y no nos detenemos a pensar en todo el esfuerzo que implica, que quizá no estamos poniendo mucho esfuerzo y queremos conseguir todo fácil y rápidamente y entonces nos frustramos cuando vemos que no es así. Después sucede como la planta de bambú: dejamos de regar y alimentar nuestras metas y las dejamos morir, es decir, abandonamos nuestros sueños y ya no seguimos haciendo nada para cumplirlos.

LECCIONES DEL BAMBÚ JAPONÉS

1. Valora la paciencia:

En el mundo actual están de moda las soluciones rápidas (para todo, como bajar de peso, cocinar o limpiar) y los negocios no son la excepción. Podemos encontrar todos los días propuestas que ofrecen resultados prácticamente instantáneos y sumamente rentables.

Pero, si queremos convertirnos en emprendedores profesionales y desarrollar proyectos y negocios reales y sostenibles a largo plazo debemos ser como los granjeros.

Debemos tomarnos primero un tiempo para tener la mentalidad y preparación intelectual y emocional adecuada para asumir el reto y salir airosos de él.

Claro, no te estamos diciendo que esperes siete años y que no te atrevas a hacer nada antes de este tiempo.

Simplemente que te tomes las cosas con tranquilidad, sin dejarte deslumbrar con propuestas demasiado buenas que suelen ser solo un espejismo y pensando en resultados más allá del hoy o futuro inmediato.

2. Crea un sistema de raíces fuertes:

Aunque va ligado al punto anterior, aquí queremos hacer énfasis en la importancia que la capacitación y el aprendizaje tienen para los emprendedores.

Un buen conocimiento del tipo de negocio en el que te vas a involucrar, hacer estudios de mercado, conocer estrategias de mercadeo, logística, finanzas (o lo que requieras para que tu idea de negocio se haga realidad), son fundamentales para que sepas en qué terreno pisas y a pesar de los obstáculos, puedas volver a levantarte y crecer hacia el éxito.

Estudia las propuestas con cabeza fría, además revisa si lo que te proponen realmente te apasiona y lo ves como una oportunidad viable para ti.

3. No dejes de cuidar la semilla:

Si en un comienzo no ves los resultados que esperas en tu negocio es muy posible que lo que sí encuentres sean personas negativas, que traten de desalentarte con comentarios tóxicos y que traten de hacerte perder la confianza en ti o en tu negocio.

Si esto te ocurre… ¡SIMPLEMENTE PERSISTE!

Revisa tus fallas, aprende de ellas, adquiere y fortalece las habilidades que necesitas, adquiere los conocimientos que veas, aplícalos y establece alianzas con expertos si lo ves pertinente.

Recuerda trabajar con pasión… y atreverte a salir de tu zona de confort.

Es la única forma de saber y reconocer de qué eres capaz.

4. Siempre crece mirando hacia el sol:

El bambú crece hacia el sol lo cual nos indica los siguiente: céntrate en tu objetivo, enfócate en tus metas y no tomes atajos que pueden hacerte perder el rumbo (aunque veas que es el camino fácil y cómodo).

Cuando surjan los obstáculos, enfoca tu energía en buscar la luz de las soluciones, innova, pon a trabajar tu creatividad.

Y por supuesto, cuando llegues a tu objetivo, celebra, disfruta y vive intensamente la satisfacción del trabajo bien hecho. Pero no te quedes allí mucho tiempo, esto te estancará.

Piensa siempre en nuevos retos, sigue poniéndote a prueba, esta es la única forma de mantener tu mente y tu cuerpo activos, prosperar a nivel económico y personal, además que puedes inspirar a muchos a continuar en el camino.

BAMBÚ JAPONÉS APRENDIZAJE Y REFLEXIONES

Una planta tan sencilla como el bambú japonés puede no tener significado para muchos, pero puede darnos muy valiosas enseñanzas a los seres humanos. ¡Mira este video!

¿QUÉ DEBEMOS APRENDER DEL BAMBÚ JAPONÉS?

La naturaleza tiene muchas enseñanzas que aportarnos y esta es una de las más claras e importantes. Por lo tanto, la perseverancia para lograr las metas correctamente es una ley de vida.

Como mencionamos anteriormente, lo logrado de una manera fácil se pierde de manera fácil. Si una persona anhela con toda su alma ser millonario para viajar por el mundo y consigue esos millones robando y estafando a la gente, sin ningún esfuerzo, quizá lo disfrute por un corto tiempo, pero luego irá a parar a la cárcel y no podrá hacer uso de ese dinero, mientras que si lo hubiese conseguido estudiando para tener una profesión y trabajando duramente, todo ese esfuerzo se viera compensado incluso con más de lo que soñaba.

Algunos seres humanos no conocen lo que es la perseverancia como ley de vida porque viven colocando una fecha o una hora fija para ver sus metas cumplidas y si no se cumplieron en el tiempo estipulado ya no se cumplirán nunca más, todo está perdido y no tienen fuerzas ni valor para seguir luchando.

El bambú japonés es muy lento en su salida de la tierra, pero mientras sus raíces sigan siendo alimentadas, habrá una esperanza de que crezca. Si se deja de alimentar será solo raíces muertas.

Si nos damos por vencidos en la realización de nuestros sueños, estos se convertirán en puras raíces muertas y ya no se realizarán, pues cuando se pierden las esperanzas y las ganas de luchar se pierde todo.

Si tienes un sueño muy valioso, aliméntalo como a una planta de bambú y verás cómo brota, tal vez no en el tiempo que deseas pero brotará.

Esperamos que ahora que ya conoces la historia del bambú japonés, te sirva como herramienta de apoya para lograr tus objetivos.

Fuente: Abasto.com

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