Emociones poderosas en marketing.

Una simple palabra es capaz de transformar un NO en un SÍ, y un “LO VOY A PENSAR” en un “LO QUIERO YA”. Así de poderosas son las palabras.

Te voy a contar un secreto que a lo mejor ya sabes, los seres humanos somos 100% emocionales, así no lo admitamos, y la mayoría de veces compramos cosas dejándonos llevar únicamente por la emoción y no por la lógica.

El copywriting emocional no se basa únicamente en hacer que nuestros potenciales clientes vayan a la acción (comprarnos, suscribirse a nuestra newsletter, seguirnos en redes sociales, etc…) sino en generar emociones internas que impulsen a que esa acción suceda.

Si logramos que nuestras palabras produzcan algo en nuestros usuarios, podemos decir que estamos haciendo un buen trabajo.

El poder de las emociones en el marketing.

Las razones del porqué necesitamos un producto o servicio siempre están ligadas a las emociones. Ejemplo: Alguien que compra una crema antiarrugas no solo está comprando una crema antienvejecimiento, está comprando el deseo de alargar su juventud; o alguien que hace un curso de marketing digital en su tiempo libre porque su principal objetivo es formarse para dejar un trabajo que no le gusta y emprender en eso que realmente le hace feliz. ¿Te suena familiar?

Cuando ofrecemos o vendemos algo tenemos que pensar en las emociones que queremos despertar. No estamos vendiendo solo una solución, estamos evocando un deseo interno y las ganas de tomar acción.

Te pregunto, ¿de todo lo que los mensajes que te llegan al día cuáles son esos que te enganchan? – Los que te hacen sentir algo, ¿verdad? Los que parecen haber sido escritos para ti porque corresponden con tus creencias, experiencias o forma de ver la vida, o al menos con la ilusión de cómo la quieres ver.

Entonces, ¿Cuáles son esas emociones que generan una respuesta positiva en tus clientes?

Veamos las primeras 5 emociones desencadenantes que generan un sí en el corazón (y el bolsillo) de tu cliente:

Miedo:

El miedo es una de las emociones más primitivas que tenemos, y una de las 4 emociones básicas descritas por Robet Plutchik en la “rueda de las emociones”.

Los seres humanos tendemos a vivir con miedo, es un instinto natural: miedo a no cambiar, miedo a quedarnos solos, miedo a seguir estancados en una vida o situación que no queremos; miedo a que le suceda algo malo a algún familiar o amigo, entre otros muchos que agobian nuestra vida cotidiana.

Veamos un ejemplo. Ángel Alegre, de Vivir al Máximo, nos enfrenta a un miedo que todos hemos sentido o sentiremos en algún momento: malgastar nuestra juventud en un trabajo que no nos gusta y en el que dejamos todo nuestro tiempo y energía, pero nos ofrece una opción, un plan B, con el que conoceremos los pasos exactos para ser libres y vivir la vida que queremos.

Esta es una emoción muy usada en el marketing emocional porque de forma instantanea nos lleva al peor de los escenarios y nos impulsa a la acción. Cuando nos enfrentamos cara a cara con eso que nos causa angustia, nuestro cerebro enciende una alarma y nuestro instinto de supervivencia sale a la acción.  Queremos salvarnos, queremos compartir esa experiencia con otros con los que nos podamos sentir identificados.

Empezamos a sentirnos sentimentalmente involucrados con personas o marcas porque ¡NOS ENTIENDEN!

Confianza:

Que nuestros mensajes generen confianza se ha convertido en una prioridad en el mundo del marketing. Por algo, la mayoría de profesionales, de varias disciplinas, incluyen en su web testimonios de su trabajo, número de personas que se han beneficiado con su producto o servicio y estadísticas. Todo de forma natural, recordemos que el “somos una empresa líder con (x) años de experiencia” ya no vale.

En caso de Tim Ferriss, el autor de un libro que seguramente ha leído más de un emprendedor, “La Jornada laboral de 4 horas”, vemos cómo su web refleja todo esto: número de reviews 5 estrellas, premio y actitud ganadora: triple gol. Solo podemos pensar “Si otros confían en él, por qué yo no. ¿Verdad?

Si alguien no confía en ti, sencillamente no te compra. Recuerda que solo compramos cuando algo nos genera confianza, cuando alguien nos inspira y nos hace sentir mejor con nuestra situación y con nosotros mismos.

Deseo:

¿Qué pasa cuando leemos algo que nos inspira? Una de las emociones desencadenantes por excelencia es el DESEO; el deseo de ser mejor, el deseo de convertirnos en esa persona que tanto anhelamos ser, el deseo de vivir la vida que queremos y bajo nuestras propias reglas… en fin, el deseo de estar bien.  Cuando entendemos los porqués de la historia de nuestro cliente y creamos un mensaje de marca escrito especialmente para ellos, las personas inmediatamente conectan y están deseando pasar a la acción. Pero ojo, no es prometer por prometer, es inspirar con cosas que sabemos que se pueden lograr. No hay peor mensaje de marca que aquel que no cumple su promesa.

Un ejemplo claro es Lewis Howes, uno de mis podcasters favoritos y el creador de la página y podcast “The School of Greatness” (la escuela de la grandeza), quien con su mensaje “Conviértete en el héroe de tu propia historia”, nos hace darle un grandioso sí a las ganas de aprender de él (que ya lo hizo) y seguirle los pasos.

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Tiempo:

A quien no le gustaría que el día tuviera más de 24 horas para cumplir todas esas cosas que nos proponemos la noche anterior. A mí sí. Precisamente el tiempo es uno de esos ingredientes esenciales en el marketing emocional. Te pregunto, ¿tu producto o servicio puede ahorrarle tiempo a tu cliente? Hoy en día todos vamos a mil por hora, y todos aquellos productos o servicios que prometan ahorrarnos tiempo siempre serán bien recibidos.

Un buen ejemplo para entender esta emoción desencadenante es el copy de Starbucks España. En él nos prometen más tiempo para nosotros si ordenamos el café a través de la App y nos saltamos la cola… ¡Así de rápido y fácil! No sé tú, pero yo me lo pido.

Protección:

Cuando tenemos algo importante o bonito que cuidar queremos protegerlo a toda costa, el problema es que a veces se nos olvida. Pero, ¿qué pasa cuando alguien nos lo recuerda?

Para la muestra, hablemos del mensaje de Colgate en el que mencionan la importancia de sonreír y lo asocian con la felicidad.  ¿Quién no quiere un poco de felicidad en su bonita y, de paso, una sonrisa bonita?

La otra semana te traeré otras 5 emociones que generan un Sí en la respuesta de tu cliente. Por ahora qué te parece si buscas cuáles son esas razones de peso que hacen que tus clientes potenciales sientan algo, y empiezas a incluirlas en tu mensaje de venta.

Fuente: Pinterest

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