Cada año, millones de objetos personales se pierden en el mundo.
Olvidar maletas, móviles, ordenadores, libros, llaves u otros objetos, mascotas y hasta personas, es algo que inconscientemente nos pasa a todos por mucho que pensemos que somos los más preocupados por nuestras pertenencias o seres queridos.
Destacamos a continuación los objetos que más se extravían.
- LLAVES: Es quizás uno de los objetos que más se extravían no solo en casa sino fuera de ella.
- TABLETS Y COMPUTADORES PORTÁTILES: Son los objetos que más dejan olvidados, sobre todo en las aerolíneas y es normal, ya que son aparatos que van siempre con nosotros y los utilizamos para trabajar, ver series, películas, etc.
- TELÉFONOS MÓVILES: es obvio que en la era en la que vivimos el móvil lo tenemos gran porcentaje del día fuera del bolsillo y está en el top 5 de objetos más extraviados. Además, al ser un objeto que siempre va con nosotros a donde vamos, hace que la probabilidad de que se quede en algún lado o lo perdamos de vista sea más alta de lo normal.
- DOCUMENTOS PERSONALES: en este apartado encontramos carpetas, tarjetas de identificación, libros, porta documentos, etc.
- BOLSOS Y BILLETERAS: Es otro de los objetos personales que más se extravían y con ellos perdemos no solo su contenido sino nuestra tranquilidad.
La recuperación de pertenencias personales, si es que se recuperan, no sólo es costosa sino traumática.
La cultura de querer devolver lo que encontramos es más común de lo que pensamos y como ejemplo podemos citar a Japón, donde, si pierdes tu teléfono o billetera en este país, es muy probable que los recuperes.
Todos los objetos perdidos se almacenan en el Centro de Objetos Perdidos en Lidabashi, Tokio.
En 2022, una cifra récord de 4,15 millones de objetos perdidos fueron entregados en este lugar.
Actualmente, el centro almacena más de 600.000 objetos perdidos.
Como explica Yukiko Igarashi, jefa del Centro de Objetos Perdidos, en Tokio, cerca de 7.700 objetos perdidos son entregados diariamente.
«Tokio tiene el 20% de todos los artículos perdidos en Japón», dice.
«Y el artículo que tiene la tasa más alta de recuperación es el teléfono móvil.
«Cerca de 90% de los teléfonos móviles perdidos son regresados a sus dueños», precisa.
El segundo artículo que más se recupera son las billeteras, señala Igarashi. Casi el 70% de estas son regresadas a sus dueños.
«Otra cosa muy común que se pierde son los documentos, las licencias de conducir, tarjetas de seguro médico, tarjetas de crédito o tarjetas de descuentos de tiendas».
La mayoría de los artículos perdidos a menudo son regresados el mismo día en que se pierden.
Pero algunos no tienen tanta suerte y rara vez vuelven a estar con sus dueños por la sencilla razón que no hay como contactarlos.
«La tasa más baja de recuperación la tienen los paraguas, con menos de 1%, ya que, puedes fácilmente reemplazar un paraguas de plástico barato, así que la gente suele no buscarlos», afirma Igarashi.
Facilidad para reportar.
Pero ¿cuál es el secreto del éxito del sistema de objetos perdidos de Japón?
«Básicamente, todos los objetos perdidos son entregados a la ‘Koban’, o estación de policía», señala la jefa del Centro de Objetos Perdidos.
En la Sukiyabashi Koban, la agente Wada dice: «Los deberes de los oficiales de policía en la Koban incluyen patrullar el área, aceptar objetos perdidos y llenar reportes de objetos perdidos».
«También cuidar de la gente que está perdida o borracha, escuchar a los ciudadanos sobre asuntos que podrían causar problemas, y tratar con accidentes de tránsito o criminales», agrega.
Los agentes de la Koban muestran una imagen diferente a la de los policías en otras partes.
El enfoque basado en la comunidad y la ubicuidad de las Koban facilitan reportar un artículo perdido.
«En promedio, recibimos siete objetos perdidos al día en esta Sukiyabashi Koban», señala Wada.
Reclamaciones.
Pero ¿qué ocurre si nadie reclama los objetos perdidos?
«Si el dueño no se presenta durante cierto tiempo [en la Koban], el artículo será transferido al Centro [de Objetos Perdidos]», explica Yukiko Igarashi.
Y si nadie recoge el artículo en el centro, la persona que lo regresó puede reclamarlo después de tres meses.
Si prefieren no quedarse con el artículo, la propiedad será transferida a la ciudad, que podrá subastarlo.
«El artículo más memorable que me han entregado fue un sobre con USD$8.800 en efectivo», indica la agente Wada. «¡Me sorprendió!», dice.
La jefa del Centro de Objetos Perdidos Yukiko Igarashi explica que no es inusual ver grandes sumas de dinero como la que recibió la agente de policía.
«Para mi los objetos más memorables fueron un diente artificial y muletas. Me pregunté ¿cómo pudo el dueño regresar a su casa sin ellas?
«¡Hay tantos objetos raros que se pierden!».
El eficiente sistema facilita el regreso de los objetos perdidos. Pero este proceso no sería posible sin la gente de Japón.
«Durante más de 1.000 años Japón ha tenido una ley sobre la propiedad perdida», explica Igarashi.
«Personalmente creo que la educación moral de Japón ha jugado un papel importante en la formación de nuestra actitud hacia la propiedad perdida», señala.
Incluso hoy en día, a los niños se les enseña a regresar los objetos perdidos.
«A menudo ves a niños entregando objetos perdidos en la Koban con sus padres», dice Igarashi, «aunque se trate solo de una moneda de 100 yen (USD$0,88)».
El profesor Masahiro Tamura, de la Universidad de Kyoto Sangyo, piensa que la primera vez en que la mayoría de la gente interactúa con la policía en su vida es quizás cuando van a entregar objetos perdidos a la Koban.
«Esto crea una relación cercana entre los agentes y los ciudadanos ordinarios», señala.
El concepto japonés de «hitono-me», que quiere decir «ojo de la sociedad», es una parte importante del proceso.
«Nuestra moral interna a menudo nos ayuda a modificar nuestra conducta», dice el profesor Tamura, «pero también lo hace ´el ojo de la sociedad´».
La cultura evita que la gente haga cosas incorrectas, incluso sin una presencia policial.
«A los japoneses les importa mucho cómo otra gente ve su conducta, así que la actitud hacia la propiedad perdida está vinculada a su imagen en la sociedad», señala Tamura.
La disciplina moral se mantiene incluso cuando ocurren desastres naturales.
«A menudo, cuando ocurren desastres en Japón, los crímenes no se incrementan» dice Tamura. «La única excepción fue durante el desastre de Fukushima, cuando tuvimos casos de crímenes».
«Así que creo que el poder de los ojos de la gente sobre nosotros es mucho más grande que el poder de la autoridad pública», agrega.
La pandemia redujo el número de objetos perdidos en Japón. Pero aún así, el centro recibió 2,8 millones de artículos.
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Fuente: El tiempo.com